LOS ANGELES -- En abril, los expertos pensaron que los Dodgers y su nómina de US$225 millones se adueñarían de la División Oeste de la Liga Nacional desde el arranque. No fue así.
En mayo, los expertos proyectaron que Los Angeles, quienes ocupaban el sótano en la división, despedirían al dirigente Don Mattingly. No lo hicieron.
La llegada del cubano Yasiel Puig tenía a los expertos anticipando que los Dodgers cambiarán a Andre Ethier. No lo harán.
Tras la pausa por el Juego de Estrellas, los resucitados Dodgers se encuentran en segundo lugar en el Oeste de la Liga Nacional, a 2 y medio juegos detrás de los D-backs. Eso no es tan alentador, pero es algo, después de que el club empleó la lista de incapacitados 22 veces en la primera mitad de temporada. Entre los lesionados: los abridores Zack Greinke, Chad Billingsley, Josh Beckett, Chris Capuano y Ted Lilly y los productores de carreras, el dominicano Hanley Ramírez; Matt Kemp y Carl Crawford.
Mattingly no perdió la calma cuando el resto lo hizo. Y tampoco perdió su trabajo. Los dueños mantuvieron su fe en el piloto, aunque no había ganado nada todavía.
"Creo que debes confiar en el talento que tienes", declaró Mattingly acerca de su roster. "No he cambiado nada, ni he tratado nada diferente. Los muchachos han entrado en ritmo. Estamos recuperando la salud. Normalmente el talento alcanzará su nivel. Debes confiar en él, no darte por vencido y seguir trabajando. Sabemos que podemos juntar bastantes victorias".
También ayudó que al resto de la división le cayó una avalancha de derrotas, para volver a enfrentarse a los Dodgers.
Las figuras fijas en los Dodgers fueron el convocado al Juego de Estrellas, Clayton Kershaw, en el montículo y el consistente mexicano Adrián González en la parte gruesa de la alineación. A.J. Ellis fue excelente detrás del plato y el dominicano Juan Uribe recuperó su puesto en la antesala en un inesperado regreso.
Ya agregaron a Ricky Nolasco a una rotación que perdió a Billingsley y Beckett por cirugías. Aún no han terminado en adquirir piezas, puede ser otro abridor como Matt Garza o más probable ayuda para el bullpen, especialmente si el dominicano Carlos Mármol no recupera su forma.
Según las estadísticas, el repunte de los Dodgers comenzó el 22 de junio. Pero la opinión popular se fijará en el 3 de junio, el día en que Puig fue ascendido desde Doble-A. Puede ser coincidencia, pero su intensa agresividad ha contagiado a un equipo de veteranos que no habían alcanzado su potencial.
Al menos eso es lo que dice la leyenda urbana. Igual de importante fue el regreso de un Ramírez con la forma del 2009, que le quitó un poco de presión a un revitalizado Ethier y opacó la ausencia de Kemp.
Kemp, en algún momento un hombre de acero, no puede mantenerse en salud. Crawford ha tenido los mismos problemas. Ethier ha perdido su poder, pero al menos puede mantenerse en la alineación. Mucha responsabilidad ha caído sobre los hombros inexperimentados de Puig, quien ha visto sus ponches aumentar después de ser el segundo guardabosque de los Dodgers en el último año en estrellarse con el muro del Coors Field y podría ser una lesión peor de lo que se pensaba.
Hasta el 22 de junio, los Dodgers tuvieron problemas en la ruta y contra rivales de su misma división. Le dieron vuelta a la temporada antes del Juego de Estrellas y no se enfrentarán a otro rival de división hasta el 30 de agosto, terminando la campaña con 26 de sus últimos 29 encuentros contra rivales del Oeste de la Nacional y 37 de 68 como visitantes.
"La segunda mitad es muy corta, y no comienza de manera fácil", dijo Mattingly. "Nos medimos a los Nacionales, un club que necesita también entrar en ritmo. Luego vamos a Toronto, un equipo que sabemos que está lleno de talento. Así que no será un comienzo fácil en la segunda mitad".
"Recuerdo hace un año, dos semanas después de la pausa por el Juego de Estrellas, teníamos una serie importante en San Francisco y los barrimos, y salimos de ahí compartiendo la cima de la división. Y cuando regresamos a casa, los D-backs no barrieron en nuestro estadio", señaló Ellis. "Es hora de que respondamos".
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