Podríamos estar frente al final del Salón de la Fama como lo conocemos. Si ese es el caso y llegamos a ese final el miércoles, algo que es muy factible, no habrá vuelta atrás.
Aclaración, por si no se notó en ese primer párrafo apocalíptico: Estás leyendo otra columna repleta de indignación y preocupación por el Salón de la Fama, llena de lo que algunos de ustedes podrían --con algo de razón-- considerar exageraciones y medias verdades de parte de un votante fanfarrón. Considérate avisado mientras hacemos sonar a esta alarma más reciente.
AP Photo/Gerald HerbertEsta es la foto que sigue ahuyentando a Rafael Palmeiro
Ellos necesitan obtener un mínimo de un cinco porciento de los votos para ser incluidos en la lista del año que viene, y hoy por hoy no hay garantía de que eso suceda.
Ellos tres estuvieron cerca del mínimo el año pasado --Palmeiro con un 8.8 porciento de los votos, Sosa con un 12.5 porciento, McGwire con un 16.9 porciento. Ellos fueron tres de los cuatro nominados que quedaron más cerca de la eliminación en enero del 2013 (el cuarto fue Don Mattingly con un 13.2 porciento de los votos). Todo parece indicar que sus votos no están en franco ascenso, ya que Palmeiro decayó de un 12.6 en el 2012 a un 8.8 el año pasado. McGwire también ha visto bajara sus porcentajes durante los últimos tres años, mientras que Sosa estuvo en la nómina por primera vez el año pasado.
Este riesgo se intensifica todavía más por la presencia de varios candidatos legítimos a ingresar al Salón de la Fama en la nómina del 2014 --al menos por el momento, ¿quién sabe que novedades nos deparan en el futuro?-- que no han sido manchados por la cultura del uso de sustancias prohibidas en el béisbol. Sería muy raro que, por ejemplo, Greg Maddux, Tom Glavine, Jeff Kent, Mike Mussina o Frank Thomas, quienes están nominados por primera vez, pierdan demasiados votos por especulaciones que los liguen al posible uso de dichas sustancias prohibidas en el pasado. Jack Morris está en la nómina por última vez y se espera que él también reciba mucho apoyo.
Agreguen a Craig Biggio, Jeff Bagwell, Mike Piazza y Tim Raines --quienes, al igual que Morris, tuvieron más del 50 porciento de los votos en el 2013 (aunque ninguno de ellos alcanzó el 75 porciento necesario para ingresar al Salón de la Fama-- y, bueno, el número máximo de 10 jugadores en cada nomina no parece tener mucho lugar para Palmeiro, Sosa y McGwire este año. Asi que su exclusión podría ocurrir, y una vez que eso suceda sus posibilidades de ingresar a Cooperstown se extinguirán para siempre, o al menos hasta que alguna generación del Comité de Veteranos los deje ingresar.
AP Photo/Ed ReinkeMark McGwire lideró las mayores en jonrones en cuatro ocasiones (1987, '96, '98 y '99)
El asunto es que algo así jamás le ha sucedido a jugadores con credenciales del calibre de Palmeiro, McGwire y Sosa (Pete Rose no cuenta. Él nunca estuvo en la nómina desde un principio). Ustedes conocen las estadísticas: Palmeiro es uno de solo cuatro jugadores en la historia del béisbol con al menos 3000 hits y 500 cuadrangulares; McGwire está décimo en la lista de jonrones de todos los tiempos y es el líder de todos los tiempos en cuadrangular por turno al bate (10.6); Sosa se ubica octavo con 609 jonrones. Y podría seguir, pero ellos seguramente nunca lleguen al Salón de la Fama. El viernes que viene ya quizás ni siquiera necesitamos agregar el "seguramente" a esa oración.
Nosotros sabíamos, o debimos haber sabido, que esto iba a suceder desde enero del 2007 cuando McGwire obtuvo apenas el 23.5 porciento de los votos en su primer año como nominado. Sin embargo, en ese entonces nosotros también creíamos que todavía había tiempo, o al menos así parecía. Había, y todavía hay, una teoría prevalente y hasta bastante razonable en algunos rincones del deporte de que la percepción y la actitud hacia las sustancias que mejoran el rendimiento artificialmente iba a cambiar con el paso de los años, o que el recambio generacional de los miembros de la BBWAA iba a generar una nueva manera de pensar sobre estas transgresiones --o transgresiones sospechadas-- del grupo de McGwire-Sosa-Palmeiro-Barry Bonds y Roger Clemens.
Que inocente que fui: Yo todavía me ilusionaba con que alguien en una posición de poder (o sea, alguien que no sea uno de los periodistas despistados) --alguien como el comisionado de las Grandes Ligas, o el director ejecutivo de la Asociación de Jugadores, o el director del Salón de la Fama, o hasta un autor de un reporte de 311 páginas (sin contar apéndices) o una investigación "independiente" sobre el uso ilegal de esteroides en el béisbol-- iba a hacerse escuchar y ofrecer algo de claridad sobre el uso de sustancias que mejoran el rendimiento de manera artificial y su relación con Cooperstown. Sí, seguro.
De todas maneras, segun esos puntos de vista, Palmeiro y compañía solo iban a poder ingresar eventualmente, aun si su cantidad de votos no era nada impresionante. Ahora hay un sentido de final inevitable que no existía antes.
AP Photo/Roberto BoreaSammy Sosa tiene 609 jonrones de por vida y es octavo en todos los tiempos
Además, por más que me pregunte lo que el Salón será, lo que significará, sin Palmeiro, McGwire y Sosa, no puedo encontrar una razón para que periodistas del futuro nominen a Clemens o a Bonds cuando actualmente no pudimos encontrar una razón para que lleguen los otros tres (asumiendo que ellos queden eliminados en un futuro cercano)
Si, yo soy uno de los responsables por haber llegado a este punto tan rápidamente. No he votado por ningún jugador --incluyendo a McGwire, Sosa y Palmeiro, al igual que Bonds y Clemens-- que cuente con evidencia convincente de que haya utilizado sustancias prohibidas. No vale la pena desperdiciar más tiempo ni energía en convencer a otros de que votar por ellos sería lo correcto; las otras columnas preocupadas por la integridad del Salón de la Fama en los últimos años ya se ocuparon de enterrar esa posibilidad.
Yo lo veo de la siguiente manera: El debate que consta a las sustancias prohibidas está dividido entre aquellos que quieren que el Salón celebre a lo mejor del béisbol y aquellos quieren que los mejores del béisbol sean dignos de ser honrados por el Salón. Yo estoy de acuerdo con lo segundo. No tengo por qué disculparme por ello, aun si eso significa que el pequeño museo del béisbol en Cooperstown se vea diferente el próximo jueves por la mañana que una semana antes.
No sé lo que la perdida de Palmeiro o McGwire o Sosa hará para afectar al futuro del Salón de la Fama, pero si tengo una idea de cómo se sentirá cuando eso suceda.
Se sentirá un poco triste.
0 comentarios: